La monumental ciudad de Cremona, en Italia
Las antiguas calles de la ciudad italiana de Cremona están repletas de monumentos históricos.
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Cremona es una antigua ciudad de la región italiana de Lombardía, que ejerce como capital de la provincia del mismo nombre. Pasear por sus calles empedradas es un auténtico placer, descubriendo infinidad de edificios históricos, como iglesias o palacios, gran parte de los cuales se remontan a la Edad Media.
La villa también está salpicada de preciosas plazas ajardinadas, que recuerdan a los parques franceses del siglo XIX. Es éste un recomendable destino para los aficionados al arte, pero también para los que buscan una buena oferta de naturaleza, ya que la localidad está rodeada de un precioso entorno natural de ríos y alamedas.
Una gran parte de la fama de Cremona se debe a que en esta ciudad nació el famoso luthier Antonio Stradivari, creador de los prestigiosos talleres artesanales de violines y de la Scuola Liuteria. En el Museo del Violino podremos ver la magnífica colección de instrumentos creados por Stradivari, llamados Stradivarius y únicos en el mundo.
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Qué ver en Cremona
Ponte un calzado cómodo, porque esta ciudad italiana posee un magnífico patrimonio histórico-monumental, y para conocerlo tendrás que caminar por calles de adoquines, de esas que no admiten el más mínimo tacón.
Los monumentos más destacados están concentrados en la imponente plaza medieval del Ayuntamiento, como el Duomo (catedral), el Baptisterio, la Loggia dei Militi o el Palacio del Ayuntamiento con su famoso Torrazzo, que tiene 111 metros de altura y es todo un símbolo de la localidad.
También podremos dar un paseo por el Renacentismo, visitando lugares como el Palacio Fodri o el Palacio Raimondi. La lista de imprescindibles también incluye las iglesias de San Segismundo, San Pedro al Po y San Agustín.
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Comer en Cremona
La cocina tradicional cremonesa posee una amplia tradición agrícola y ganadera, por lo que cuentan con productos y platos tan típicos como el delicioso salchichón aromatizado al ajo, el cotechino con lentejas, el culatello (jamón) y otros muchos productos derivados del cerdo.
De esta zona de Italia es la mostarda, una especie de macedonia de fruta confitada que lleva también mostaza y mosto. Suele servirse con platos como los estofados de ternera o de gallina. Otros platos tradicionales son los marubini in brodo, una pasta que se rellena de estofado, mortadela e higadillos; los tortelli cremaschi o la Bertolina, un bollo dulce con uvas.
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Qué hacer en Cremona
A la belleza del antiguo patrimonio monumental de Cremona se une su maravilloso entorno natural, donde destacan los ríos Po, Oglio, Serio y Adda, alrededor de los cuales encontraremos grandes alamedas. Resulta muy recomendable dar un relajante paseo por los parques del Serio y del Oglio.
Una original y atractiva forma de recorrer la villa y su provincia es a través de los cruceros fluviales por el río Po, que incluyen visitas guiadas a las poblaciones más señaladas. No es necesario decir que toda esta zona es un magnífico destino para los aficionados a la pesca.
Otra actividad que se puede realizar en esta zona son las excursiones en bicicleta. Uno de los itinerarios más recomendables es el del “Circuito Città Murate e Castellate”, que comunica todas las localidades de la provincia de Cremona que tienen murallas y castillos. Y no hay que abandonar la ciudad de Cremona sin haber tomado el aperitivo en la Piazza del Duomo o sin haber comprado turrón y embutidos locales.