Descubriendo la ciudad de Parma, en Italia
La histórica villa de Parma destaca por su arte y su gastronomía.
Fuente de la imagen: Absolut Viajes
Encontraremos la bella ciudad de Parma al norte de Italia, en la región de Emilia-Romaña. Rodeada por las grandes montañas de los Apeninos, se halla en una preciosa provincia donde abundan los lagos y las pequeñas aldeas con mucho encanto. Un accidente geográfico la separa de la región de Lombardía, el río Po.
El estar casi prácticamente rodeada por montañas le proporciona un suave y agradable clima, con temperaturas en invierno que oscilan entre los 5 y los 15 grados centígrados. Los veranos son cálidos, pero no asfixiantes, con temperaturas entre 25 y 33 grados, aunque por las noches suele refrescar.
Pero su privilegiada situación también hace que Parma sea una ciudad lluviosa. El viajero podrá encontrarse con precipitaciones durante todo el año, pero especialmente en otoño. Sin duda la primavera es la mejor época para visitar la villa.
Fuente de la imagen: arte.it
Una ciudad rodeada de arte
El patrimonio monumental de esta ciudad italiana es fascinante, especialmente por lo que se refiere a sus palacios. Los hay tan impresionantes como el Palacio de la Pelota o Palazzo della Pilotta, del siglo XVI. En realidad se trata de un complejo de edificios ubicados entre Piazzale della Pace y el Lungoparma, en el centro histórico de la villa. Dadas sus grandes dimensiones, actualmente acoge la Academia de Bellas Artes, la Biblioteca Palatina, la Galería Nacional Farnesio, el Museo Arqueológico, el Museo Bodoni y el Teatro Farnesio.
Pero hay otros palacios que ver en Parma, como el Palacio Ducal, del año 1561, que incluye el Palazzo Eucherio Sanvitale; el Palazzo del Comune, del siglo XVII; el Palazzo del Governatore, del siglo XIII, o el Palacio del Obispo, del año 1055.
Dejamos los palacios y sigamos contemplando otras joyas monumentales de la localidad, como el Ospedale Vecchio u Hospital Viejo, que fue construido en el año 1250 y renovado durante el Renacimiento, o la Basílica de Santa María de Steccata, edificada en 1521. En su interior se halla la imagen de Santa María, que es muy venerada por los parmesanos.
Fuente de la imagen: Diocesi di Parma
La mejor gastronomía italiana
Comer en Parma es un auténtico lujo. Toda esta zona es famosa a nivel internacional por productos de alto valor gastronómico, como las setas de Albereto y Borgotaro, el pan de montaña, el queso parmesano o parmigiano reggiano y el jamón de Parma.
Aquí los platos de pasta alcanzan la excelencia, como los cappelletti o anolini en caldo de buey o de pollo o los tortelli de hierbas. No hay que dejar de probar delicias como la bomba de arroz, el stracotto con polenta, los cocidos mixtos, la tripa y la cima rellena o picàja.
Es también un dulce paraíso gastronómico. Te sentirás en el cielo al probar la spongata, una pasta rellena de miel, nueces y fruta caramelizada; la tarta de arroz, la tarta de almendras o las violetas de azúcar. Acompaña todas estas delicias culinarias con vinos de la zona, como los blancos Malvasia y Sauvignon y el tinto Colli di Parma.
Fuente de la imagen: intermediachannel.it
Lo mejor de Parma
Parma ofrece a su visitantes toda la belleza de esta ciudad y de sus alrededores. Allí donde mires verás arte y cultura. ¡Y qué decir de su gastronomía! El queso parmegiano regiano, los tallarines, el jamón de Parma, los embutidos... Son tan reconocidos como los perfumes que se elaboran en esta ciudad, como el Agua de Parma.
Y lo mejor de todo es que recorrer esta villa es un gusto, ya que casi todo el centro histórico es peatonal o para bicicletas. También en el resto de la ciudad hay carriles especiales para los ciclistas. El alquiler municipal de bicicletas es barato, desde 0,70 euros la hora, y funciona las 24 horas del día.